Las prisas, el trabajo, los niños, la casa… nuestra sociedad se ha acostumbrado a llevar un ritmo de vida muy acelerado y a convivir con el estrés. Más aún si vivimos en ciudades sentiremos esta sensación de agobio y tensión lo cual puede llevarnos a adoptar hábitos nocivos como alimentarnos peor, no hacer el suficiente ejercicio y descuidar nuestra salud no sólo emocional sino también física.
El estrés puede provocarnos alteraciones musculares y posturales. Ante ello nuestro cuerpo reaccionará creando una serie de cambios que van a afectar a nuestros pies y al modo en que caminamos. Esto se traduce en un mayor esfuerzo musculoesquelético que nos va a ocasionar más cansancio, pesadez y dolor.
Pero tú puedes hacer pequeños gestos para ayudar a tus pies a relajarse tras una agotadora jornada llena de estrés.
Además de seguir estos consejos no debemos olvidarnos nunca de utilizar un calzado cómodo, tanto en la calle como en casa. Además si las molestias son persistentes deberemos averiguar la causa para poder solucinarlo. En este caso es recomendable hacer una visita al podólogo para realizarnos un buen diagnóstico y en caso de ser necesario nos indicará el uso de unas plantillas personalizadas que van a aportarnos confort y evitarán futuros problemas en nuestros pies.