Archivos mensualesfebrero 2020

El pie diabético

La diabetes es una enfermedad común que aparece cuando el páncreas no produce suficiente insulina o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que genera. Una de las partes del cuerpo que se va a vermás afectada por esta enfermedad es el pie, al que solemos denominar “pie diabético”. Se trata de una alteración clínica que se produce por mantener unos niveles de glucosa más elevados de lo habitual.

Se caracteriza por una disminución de la sensibilidad en el pie (neuropatía) y por una disminución de la circulación de la sangre (isquemia). Cualquiera de estos dos factores puede predisponer la aparición de una úlcera en el pie.

¿Qué puedes hacer para prevenir las úlceras? Esta enfermedad no es algo trivial pues es la causa más frecuente de amputación del pie en los países desarrollados. La buena noticia es que muchas de esas amputaciones se podrían evitar si se siguen unas buenas medidas preventivas.

Una vez al año se recomienda realizar el cribaje neuropático y vasculopático para comprobar el estado de esta enfermedad y su desarrollo. Los pacientes de riesgo deberán hacer esto cada 6 meses.

También deberemos llevar a cabo una vigilancia activa del estado de nuestro pie por todas sus zonas, y ante cualquier anomalía, enrojecimiento, rozadura o herida acudir a un especialista.

Se debe prestar especial atención al cortarse las uñas de los pies, cortarlas en recto no dejando nunca esquinas que puedan causar pequeñas heridas. Estas, por muy leves que nos parezcan, podrían ser el origen de una posible infección en casos de pacientes con diabetes.

Obviamente también se debe prestar especial atención a la higiene de los pies, lavándolos todos los días con agua tibia y jabón y secándolos bien.

Y como viene siendo habitual y hemos hablado en más de una ocasión, utilizar un calzado adecuado sera clave para evitar lesiones en los pies.

Esperamos que si sufres de diabetes, estos consejos te sean de ayuda.

 

 

 

¿Uñas negras al practicar deporte?

Las uñas negras pueden aparecer en corredores o practicantes de otros deportes como el pádel y pueden llegar a afectar a nuestro rendimiento o incluso hacer imposible la práctica de la actividad deportiva.

Pero, si a ti también te pasa esto, te estarás preguntando ¿por qué se me ponen negras las uñas de los pies? Veamos, la principal causa es un microtraumatismo de forma continuada que provoca un hematoma subungueal, en otras palabras, se acumula sangre debajo de la uña, y esto puede llegar a ser muy doloroso.

Y ahora pensarás, vale ¿y cómo puedo tratarlo? Pues lo más importante una vez se produce esa lesión va a ser drenar esa sangre que se encuentra debajo de la uña para provocar que el dolor vaya remitiendo. Esto lo debe realizar un profesional, por lo que acudir de forma inmediata a tu podólogo de confianza va a ser la clave.

Sobre todo si eres corredor habitual tienes que prestar un especial cuidado a tus pies y uñas para intentar prevenir este tipo de lesiones. Unas buenas zapatillas que respeten la altura de los dedos van a ser de gran utilidad para evitar este problema de las uñas negras. Pero como hemos dicho antes, una vez que esta dolencia se presente lo mejor es acudir de inmediato a un especialista.

Aprende a elegir bien tu calzado – Consejos profesionales

En más de una ocasión hemos hablado de la importancia de escoger bien nuestro calzado. A este tema le hemos dedicado varios post en nuestro blog. Hoy queremos compartir con vosotros un artículo muy completo publicado en el portal www.enpozuelo.es que detalla los consejos de profesionales de Podología a la hora de escoger un buen calzado.

A continuación os dejamos el contenido de dicho artículo titulado “Aprende a elegir bien tu calzado gracias a estos consejos de los profesionales de Podología”:

La elección de un buen calzado es esencial para el mantenimiento diario de nuestros pies, pilares fundamentales de nuestro movimiento y equilibrio.

Por ello, en esta época de rebajas en la que es tan habitual comprar calzado, los profesionales de Podología de la Comunidad de Madrid han elaborado una lista de consejos para que aprendamos a seleccionar bien nuestro calzado.

En primer lugar, además de considerar la estética de los zapatos, es básico tener en cuenta su calidad y funcionalidad, es decir, debemos prestar atención a ciertas características que nos ayudarán a proteger la salud de nuestros pies.

Lo primero es tener en cuenta que cada persona tiene un pie y una manera de caminar diferente, por ello, no todo el mundo está igual de cómodo con un mismo calzado, y siempre es recomendable tener revisiones puntuales con el profesional de Podología que analizará la biomecánica de nuestros pies y nos recomendará el calzado más apropiado en cada circunstancia. No obstante, en general podemos hablar de las siguientes pautas en cuanto a las características que debería cumplir un calzado para el bienestar de nuestros pies:

  • Ser de la talla correcta y los materiales adecuados

La cuestión más importante en la elección del calzado es cómo este se adapta a nuestro pie. Elegir la talla correcta es básico, de tal modo que la forma y las dimensiones se ajusten correctamente. Para ello, es recomendable ir a comprar los zapatos al final del día, pues es cuando los pies están más hinchados. A la hora de probarlos, es importante hacerlo además en ambos pies, con unos calcetines de grosor medio, materiales naturales y el menor número posible de costuras. Lo mismo con los propios zapatos, debemos buscar que estén fabricados con materiales naturales y que no tengan costuras que puedan molestar o causar roces. Lo ideal es encontrar unos con el tamaño perfecto, ni demasiado justos ni demasiado holgados, pues podrán aportar un grado de inestabilidad en la marcha.

  • Estructura y diseño

Cuando andamos nuestro pie está cumpliendo unas determinadas funciones que es imprescindible que los zapatos respeten y apoyen. Además de adaptarse a la forma del pie, deben hacerlo a nuestros movimientos fisiológicos, sin entorpecerlos, y favoreciendo una marcha estable, sin esfuerzos. Para ello, es fundamental que la estructura del zapato sea funcional: ser lo más ligeros posible; contar con una buena flexibilidad, para lo que se recomienda valorar la elasticidad de la puntera; y tener un correcto apoyo en el talón y la zona metatarsal.

Para disminuir las cargas derivadas del contacto del pie con el suelo, se debe considerar tanto la capacidad de amortiguación del calzado, como las características de rozamiento entre el calzado y la superficie de apoyo, siendo bueno que la puntera se despegue del suelo entre 1-1,5 cm. En el caso de calzados poco flexibles, como plataformas, zuecos, etc. (calzados que deben evitarse en la mayor medida), cuanta más elevación de la puntera respecto al suelo, más se mejorará el comportamiento del calzado y se evitarán tropiezos.

Tanto la amortiguación de los impactos como la estabilidad lateral del paso dependen también directamente de la parte trasera del calzado. En el caso concreto de los tacones, lo ideal es que la parte en contacto con el suelo sea igual de ancha que la parte delantera. Además, se debe evitar que el tacón sea superior a 8 centímetros.

  • Características de la suela y la plantilla

Muchas de las prestaciones del propio zapato dependen de la suela. En primer lugar, es esencial prestar atención al agarre que tendrá con el suelo. Para evitar resbalones, se recomienda que la suela sea antideslizante.

En cuanto a la plantilla, debemos tener en cuenta que será la encargada de proporcionarnos gran parte del confort, tanto térmico como mecánico, determinando las presiones que aparecerán en la planta del pie. En este aspecto, es importante tener en cuenta tanto la geometría como el material con el que está fabricada, siendo preferible que sean blandos, especialmente en la parte delantera. Además, es imprescindible que el calzado tenga un volumen interior apropiado para adaptar unas plantillas podológicas en caso de que fuera necesario.

  • El acabado del calzado

Dependiendo de la época del año y el lugar geográfico donde estemos (por el calor, la humedad, etc.), deberemos tener en cuenta unas u otras consideraciones para asegurar que la temperatura y condiciones dentro del zapato serán las adecuadas. No obstante, este aspecto también depende de ciertas características personales, por lo que lo mejor será pedir consejo al profesional de Podología y asegurarnos de que los materiales con los que está fabricado el forro son adecuados para la situación concreta.

En último lugar, es recomendable prestar atención al acabado del calzado, pues es muy importante que las costuras estén bien rematadas, cuente con refuerzos en la puntera, y tenga un método adecuado de agarre.

Además de todas estas cuestiones, debemos considerar que cada etapa de la vida necesitará de unos cuidados concretos, pues, por ejemplo, niños y ancianos necesitan de atenciones más exhaustas. Por ello, lo ideal será siempre acudir a la consulta de Podología, donde se llevará a cabo un análisis personalizado, y se elaborará una recomendación individualizada para cada caso concreto.

 

 

La metatarsalgia

Quizás has escuchado alguna vez este término pero no tienes claro que es exactamente. Pues bien, la metatarsalgia es ni más ni menos que el dolor que se produce en la zona anterior del pie, concretamente en los metatarsianos, debido a un exceso de carga o presión en la zona.

Puede llegar a ser algo muy doloroso e incluso limitante para las personas que tienen que pasar mucho tiempo de pie o para los deportistas que deban sufrir impacto con el suelo.

Para prevenir la metatarsalgia debemos: usar un calzado adecuado, evitar el sobrepeso ya que puede inflamar los metatarsianos y prestar atención a los juanetes si es que padecemos de ellos pues pueden complicar la situación.

El tratamiento de la metatarsalgia va a variar mucho en función de la persona. En la mayoría de los casos, simplemente cambiando nuestro calzado por uno más cómodo y holgado y controlando el peso el dolor puede ir desapareciendo poco a poco. En otros casos, si el dolor persiste puede ser interesante realizar un estudio biomecánico personalizado o el uso de plantillas.