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Infecciones en el pie que podemos sufrir en la piscina

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Durante en la época estival es más probable que visitemos con asiduidad la piscina, más que en el resto del año. Y ello acarrea también la probabilidad de sufrir ciertas infecciones en los pies.

El calor y la humedad son factores que favorecen que ciertos hongos puedan multiplicarse muy rápido, ocasionando infecciones. Por lo tanto, el agua de las piscinas y su entorno se convierten en un entorno idóneo para contagiarnos de alguna infección.

El contagio se va a producir por contacto directo de nuestra piel con las esporas esparcidas en cualquier superficie. Y estos hongos buscarán la mejor zona de nuestro cuerpo para instalarse como puede ser debajo de la uña o bajo los epitelios.

¿Qué podemos hacer para prevenir contagios en estos entornos? Dos cosas muy simples pero muy efectivas: NO caminar descalzo por las piscinas, duchas y zonas comunes y además bajo ningún concepto compartir las chanclas o material de piscina con otras personas. Además, es importante mantener el pie seco, dedicándonos un tiempo a su secado tras salir de la piscina, con una toalla limpia, insistiendo entre los dedos de los pies.

Tras el maravilloso día de piscina es muy recomendable limpiar las chanclas para desinfectarlas para la próxima jornada de piscina. Recuerda, tus chanclas van a ser el arma más poderosa para evitar cualquier infección en las zonas comunes.

Las patologías más comunes que podríamos sufrir son los hongos en las uñas, que pueden presentarse de diversas formas o también una infección micótica, conocida como pie de atleta y que va a afectar especialmente a la planta del pie y a los espacios entre los dedos. Las verrugas plantares son también otra de las afecciones frecuentes que podríamos padecer.

Ya sabes, usa siempre tus chanclas y presta atención ante cualquier síntoma alarmante para acudir a tu podólogo en caso de duda.

 

 

 

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