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¿Por qué se arrugan tus pies con el agua?

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Hoy vamos con una curiosidad cotidiana. Todos más de una vez hemos experimentado cómo la piel de nuestros pies y también de nuestras manos se arrugaban tras pasar bastante tiempo sumergidos en el agua, ya sea en la piscina o en la bañera.

Esto no es ni más ni menos que una reacción de la piel, en concreto es un mecanismo de acción específico de la dermis.

Nuestra piel tiene una capa grasa, el sebo, que es el encargado de hacer efecto impermeable y por eso, cuando nos mojamos la piel por ejemplo al ducharnos, podemos ver cómo las gotas resbalan por ella. Sin embargo, cuando nos exponemos prolongadamente al agua, esa capa desaparece temporalmente y la piel empieza a absorber agua y solamente en los pies y manos empiezan a aparecer esas rugosidades. Te estarás preguntando, ¿y por qué? ¿por qué solo sucede en esas dos zonas del cuerpo?

Pues bien, aunque no está determinado al 100%, todo parece apuntar a dos motivos. El primero es que el sentido de la aparición de estas rugosidades es posibilitar el agarrarnos a zonas húmedas más fácilmente. Afectaría a las dos zonas mencionadas porque por un lado, las palmas de las manos son las que realizan el agarre de los objetos y por otro lado, los pies son los que están en contacto con el suelo. Con lo cual evitaríamos el deslizamiento.

El segundo motivo es ni más ni menos la explicación de que esta respuesta del cuerpo indica un sistema nervioso sano. Estudios han demostrado que personas con patologías del sistema nervioso no presentan esta reacción de su cuerpo o es mínima.

Para terminar, como dato curioso diremos que estas arrugas van a aparecer antes si estamos en agua dulce. Por lo que nos vamos a «arrugar» antes en la piscina que en la playa. Y además, las rugosidades comienzan a aparecer cuando llevamos en contacto con el agua más de 5 minutos.

¡Esperamos que os haya resultado interesante este pedacito de información!

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