Uno de los gestos más cotidianos como parte de nuestra rutina de cuidado personal es cortarnos las uñas de los pies pero, ¿realmente sabes si lo estás haciendo bien?
Lo primero que debemos tener en cuenta es cuál es el corte más adecuado, ya que en algunos casos sera más aconsejable el corte en recto y en otros en forma curva. Por ello quien mejor nos puede aconsejar sobre esto es un podólogo.
Debemos prestar especial cuidado al cortar las uñas de los pies a los niños al ser sus uñas tan pequeñas. Por ello sería recomendable llevar al niño al podólogo en revisiones anuales para que el especialista nos aconseje qué tipo de corte le va bien según la forma de su dedo y de paso hacerle un seguimiento de la salud de su pisada.
Las personas deportistas también deben prestar especial atención a la hora de cortarse las uñas de los pies para evitar las uñas encarnadas, lo cual suele suceder por realizar mal el corte o bien por llevar un calzado muy apretado.
Si ya contamos con una uña encarnada, lo cual causa muchísima molestia, lo mejor que podemos hacer es acudir al podólogo para que realice una evaluación y proceda a retirar la espícula (fragmento de uña clavado en la carne).
Y como consejo, cuando nos cortemos las uñas ya de paso podemos proceder a aplicarnos una crema hidratante. Con este pequeño gesto estaremos cuidando nuestros pies pues tener una piel hidratada garantiza una mayor elasticidad y previene la aparición de grietas o ampollas.
Esperamos que estos consejos os sean útiles y los apliquéis en vuestra rutina de cuidados.
En septiembre nos llenamos de buenos propósitos para comenzar el “nuevo curso” y uno de ellos muy común entre la gente es la promesa de hacer más ejercicio. Hay una gran variedad de deportes para practicar, adaptados a los diferentes gustos que tengamos pero un elemento común entre todos ellos es la elección de un buen calzado a la hora de realizar el ejercicio.
Elegir un correcto calzado deportivo nos va a permitir evitar lesiones y mejorar la eficacia a la hora de realizar el deporte. Para saber cuál escoger debemos tener en cuenta el tipo de pisada que tenemos y en ello puede ayudarnos mucho la opinión del podólogo. Él nos hará una exploración a fondo y un estudio de la pisada que podrá ser pronada, neutra o supinada. Además cada uno de estos tipos de pisada tiene asociadas unas posibles patologías, con lo cual el análisis del podólogo sera fundamental.
A modo breve podemos indicar que el calzado deportivo debe cumplir una serie de características:
Las lesiones más frecuentes relacionadas con el uso de calzado deportivo inadecuado son los esguinces, luxaciones, tendinitis, fracturas, sobrecargas musculares, rozaduras, callos… Por tanto, si no queremos correr el riesgo de sufrir alguna de estas lesiones recomendamos seguir los consejos dados y acudir al podólogo ante cualquier problema que pueda surgir o para un estudio previo a la hora de comprar el calzado deportivo.
Hoy queremos mencionar nuestra aparición en el periódico El Progreso, mediante una entrevista realizada a Rebeca Prieto, gerente de la clínica de podología O Camiño. En la entrevista, Rebeca expone un innovador análisis que lleva a cabo en su clínica, el cual es muy interesante para los ciclistas.
Se trata del sistema Retul, un análisis biomecánico en 3D. Tal como Rebeca explica en la entrevista del periódico, se trata de un estudio que se hace en tres dimensiones para ver las deficiencias en la relación entre el deportista y su bicicleta. Se analiza la posición ideal de cada ciclista y se determina cuál es su pedalada más efectiva.
Esta prueba sirve tanto para prevenir como para tratar lesiones. Además el sistema Retul también sirve para mejorar el rendimiento.
Para más información no dudéis en acercaros a nuestra clínica a hacernos cualquier consulta, os atenderemos encantados.
Para presumir hay que sufrir. Eso dicen… Pero no tiene por qué ser así, todo tiene un límite y en la cuestión de nuestros pies por presumir podemos hacerles mucho mal.
Los tacones realzan la figura y son muy bonitos pero cuidado, debes elegirlos adecuadamente para que no te causen problemas de salud. Lo recomendable si queremos llevar tacones es utilizar zapatos con una altura de 2 cm para que el peso quede bien repartido entre la parte delantera y trasera del pie, no pudiendo superar nunca los 3 cm de alto.
Los peores zapatos que se pueden llevar son los de tacón aguja (tacón alto y delgado) pues el peso del cuerpo recae sobre la zona de los dedos de los pies, haciendo mucha presión en ese solo punto. Además las rodillas y las caderas se inclinan hacia adelante afectando al equilibrio del cuerpo, con lo que estaremos dañando desde los tobillos hasta la zona lumbar.
Otro tipo de calzado que se lleva mucho son las plataformas. Se suele pensar que causan menos problemas que los tacones, lo cual en parte es cierto pues al ser un tacón grueso el talón está más protegido pero los dedos también se llevan una gran presión, con lo cual podemos sufrir juanetes, callos e incluso dolores en la espalda y tobillos.
Esto nos lleva a pensar que los zapatos planos pueden ser la mejor solución pero ojo, esto no es así puesto que al ser totalmante bajo el calzado no proporciona el arco adecuado al pie, con lo cual debe trabajar el doble. Esto se traduce en dolor de espalda o talones e inflamación. Por lo tanto, no usar nada de tacón tampoco es saludable para nosotras.
¿Qué hacemos entonces? Puedes utilizar tacones altos para ocasiones especiales o para salir de tanto en tanto claro, pero no para diario. En nuestra rutina utilizaremos un calzado que tenga unos 2 cm de alto para que el soporte del calcáneo y el metatarso sea equitativo. Y si te gusta un poquito más de altura siempre es mejor llevarlo con plataforma, porque el pie no sufrirá tanto.
Como veis no hace falta renunciar a llevar un poquito de altura en nuestros zapatos ¡pero hay que hacerlo siempre con cabeza!
Como cada semana, volvemos con un nuevo artículo, esta vez teniendo muy presente la vuelta a la rutina después de las vacaciones. Atrás quedan los días de playa, septiembre ha llegado y con él la temida vuelta al trabajo para muchos.
Aún en nuestro puesto de trabajo podemos hacer mucho por la salud de nuestros pies. La gente no suele prestar atención al calzado que lleva, pero escoger bien los zapatos para trabajar es algo fundamental para mantener nuestros pies sanos y evitar problemas futuros. El trabajo es como nuestra segunda casa, pasamos mucho tiempo en él y además hay ciertos empleos que requieren de mayor atención en el tema del calzado como por ejemplo aquellos empleos en los que se pasa mucho tiempo de pie siendo el caso de azafatas, dependientes o policías por poner un ejemplo.
Pero las personas que pasan mucho tiempo sentadas como los trabajadores en oficinas no quedan exentos de posibles problemas pues las posturas poco apropiadas al sentarse y la mala circulación pueden agravar los problemas del pie. Por ello una correcta higiene postural en el puesto de trabajo también es vital para no padecer lesiones.
A modo breve, podemos dar una serie de recomendaciones para escoger bien el calzado a la hora de trabajar:
¡Esperamos que estos consejos os sean útiles y que volváis al trabajo con las pilas cargadas!
El Camino de Santiago es una importante ruta de peregrinación que es recorrida por miles de personas anualmente con el objetivo de llegar a Santiago de Compostela. En los últimos años ha crecido en popularidad y cada vez más personas la incluyen como opción en sus vacaciones. Esta ruta se convierte en un gran reto no sólo personal sino también para los pies, que deben mantenerse en correctas condiciones durante muchos kilómetros.
Por ello, es importante seguir una serie de consejos, para terminar el camino con gran éxito y sin ningún daño.
Lo primero, es muy recomendable acudir al podólogo antes de iniciar el camino para que realice una revisión ya que podría existir algún problema en el pie o la pisada que derive en una lesión durante nuestro camino, impidiéndonos realizarlo de manera normal.
Además, como ya podréis intuir, la elección del calzado es clave para realizar la ruta cómodamente y sin problemas. Hay que tener en cuenta que vamos a caminar una media de 25 kilómetros al día, algo a lo que poca gente está habituada, con lo cual nuestros pies van a soportar una carga extra y por eso es muy importante estar acostumbrado al calzado que llevaremos. Por lo tanto, está prohibido estrenar calzado en el Camino de Santiago. Si lo haces, es muy probable que termines con los pies llenos de rozaduras y ampollas. Elegir un buen calzado por tanto, es fundamental. Un calzado de “trekking” o de montaña estaría bien y además no debemos olvidarnos de otro factor importante, el calcetín. Uno sencillo, sin costuras interiores nos irá perfecto.
Durante la etapa recordad que debemos descalzarnos siempre que paremos a descansar. Entonces podremos aprovechar para limpiarnos los pies y cambiar de calcetines si estuviesen muy húmedos al igual que revisar si se está produciendo alguna rozadura.
Por supuesto una correcta higiene diaria en los pies es necesaria, al igual que la aplicación de crema hidratante para evitar la aparición de sequedad y grietas.
Igualmente es recomendable llevar preparado un buen botiquín para posibles lesiones en los pies que contenga: gasas, esparadrapo, parches antirozaduras, crema hidratante con urea, pomada antibiótica y antiséptico.
Al terminar cada etapa, quítate el calzado y ponte unas sandalias, tus pies lo agradecerán porque llevan encerrados todo el día y así podrán respirar.
Dicho esto sólo os deseamos que si decidís emprender el Camino de Santiago… ¡disfrutéis del camino!
Cuando viajamos, ya sea en coche, avión, tren o autobús y pasamos muchas horas sentados los pies pueden hincharse. Esto es algo normal pero también puede ser signo de una trombosis venosa profunda.
Por ello, para disminuir la probabilidad de que esto nos ocurra, podemos seguir una serie de consejos:
Estos sencillos consejos nos ayudarán a evitar la hinchazón en nuestros pies y con ello a disminuir el riesgo de padecer problemas mayores como la trombosis venosa profunda. Sin embargo, si después de realizar un viaje largo sentimos un dolor fuerte en las piernas sería conveniente consultar con un especialista porque podría tratarse de algún problema de salud.
Ya sabéis, seguid estos consejos ¡y buen viaje!
Con la llegada del verano es más que habitual que hagamos alguna escapada a la playa. Una vez allí disfrutamos bañándonos en el mar, tomando el sol o paseando por la arena. Es este último punto el que nos ocupa el artículo de hoy pues mucha gente da por sentado que es bueno caminar descalzo por la arena pero ¿realmente es beneficioso? Vamos a descubrirlo.
Para empezar debemos diferenciar entre caminar por la orilla del mar o por la arena blanda. Si lo hacemos por esta última, debemos saber que estaremos caminando sobre una superficie inestable, irregular y con alta capacidad de absorción. Esto quiere decir que nuestra musculatura va a tener que hacer un esfuerzo mayor para mantener la estabilidad de nuestro cuerpo al caminar sobre ella, lo cual en algunos casos como en rehabilitaciones o para ayudar al fortalecimiento puede beneficiarnos pero en otros casos puede causarnos daño. Así mismo este tipo de arena tiene una gran capacidad de amortiguación que nos beneficiará para protegernos de los impactos pero esto también nos causa una mayor tensión en la parte trasera de la pierna y en la planta del pie.
¿Y qué ocurre si caminamos por la orilla? En este caso la arena es más compacta y estable, tiene más consistencia y por tanto no va a producirse tensión muscular. Además pasear atravesando las olas del mar nos permite tonificar nuestros músculos y relajarnos.
Hemos de recordar también que la arena es un exfoliante natural y por lo tanto si acostumbramos a caminar descalzos sobre ella a menudo, en poco tiempo conseguiremos tener unos pies más suaves.
Podríamos decir que caminar sobre la arena es un ejercicio recomendable, más si se hace por la orilla aunque como todo, para algunas personas que tengan ciertas lesiones no será tan aconsejable por lo que en esos casos es mejor consultar con un experto.
Así que ya sabéis, salvo excepciones podéis disfrutar de los beneficios de pasear bajo el sol en la playa pero no os olvidéis la protección solar.
A todos nos encanta el buen tiempo: disfrutamos de más planes al aire libre, suben las temperaturas y ello nos lleva a decir adiós a los zapatos cerrados. Pero esto tiene su parte negativa, y es que dejamos nuestros pies más expuestos a posibles agresiones externas.
Podemos sufrir rozaduras, grietas en los talones, sobrecargas e incluso hongos y por ello es muy importante cuidar de nuestros pies en la época estival.
Es más que recomendable acudir al podólogo para que prepare nuestros pies para esta época. Él se encargará de eliminar las durezas de los talones y de la planta del pie, hacer un tratamiento de hidratación y cortar nuestras uñas de la manera adecuada (en recto, para que no se claven en la piel al crecer).
Una vez hayamos visitado a este profesional podemos seguir una serie de sencillos pasos para hacer un saludable mantenimiento de nuestros pies:
1-Para evitar la aparición de durezas o grietas en los talones es muy eficaz utilizar una piedra pómez o lima durante el baño, frotándola suavemente en aquellas zonas más problemáticas. Podemos realizar esta acción una vez por semana.
2-Las uñas de los pies debemos cortarlas siempre rectas, evitando la forma redondeada porque de lo contrario la piel se puede encarnar.
3-Deberíamos adoptar la costumbre de hidratar los pies a diario con una crema emoliente a base de urea realizando un suave masaje.
Muy importante también en verano es el uso de chanclas en espacios húmedos y calientes como las piscinas o saunas, pues si no las utilizamos corremos el riesgo de contraer hongos o verrugas plantares.
La elección del calzado también es clave en esta época. Las chanclas deben reservarse para los espacios que hemos mencionado anteriormente, no haciendo uso de ellas como calzado normal para caminar ya que son demasiado planas y no sujetan bien el pie lo que podría producir dolor en la planta y el tobillo.
Tampoco deberíamos abusar de bailarinas ni de deportivas. Las primeras pueden producir callos, dado que son muy planas y estrechas lo cual aprieta el pie y las segundas podrían producir la aparición de hongos por sudoración excesiva.
Por lo tanto, lo mejor sería utilizar un calzado que sea flexible, sujete adecuadamente el pie y permita una correcta ventilación.
Si seguimos todas estas pautas estaremos ayudando a la salud de nuestros pies y evitando posibles problemas típicos de la época veraniega. No obstante, ante cualquier lesión que aparezca debemos acudir a un podólogo. Él será quien nos podrá diagnosticar el problema y ofrecernos el mejor tratamiento lo antes posible para que el problema no vaya a más.
Dicho esto, ¡os deseamos un feliz verano!
Patrick McKeon y colaboradores de cuatro universidades de Estados Unidos expusieron su teoría en un artículo en la revista British Journal of Sports Medicine. En el artículo, los autores establecen paralelismos entre los músculos del abdomen y la columna vertebral y la musculatura intrínseca del pie.
Hoy en día se habla del “The Foot Core” (Entrenamiento del CORE del pie), y se hace una analogía al entrenamiento del “CORE” del tronco: trabajo de estabilizadores locales, globales y sistema neural, con el objetivo de lograr la estabilidad necesaria y movilidad para cualquier movimiento y deporte. En el caso del pie, ¡¡es exactamente lo mismo!!
La biomecánica del pie tiene que alternar entre la rigidez y la flexibilidad durante la marcha y de ello se encargan entre otras estructuras la musculatura intrínseca del pie. Estudios realizados por otras Universidades también han demostrado que la fatiga de la musculatura del pie hace que el arco se colapse y favorezca la aparición de lesiones.
Aunque nunca lo hayas escuchado, el pie si debería entrenarse, para conseguir un mejor rendimiento y calidad del movimiento.
Imagina la rigidez que se genera entre las articulaciones del pie cuando todo el día usas un calzado cerrado o el uso de bota de seguridad. ¿Cuánto logra moverse el dedo gordo dentro de un zapato, siendo que es la primera articulación la que debe ser móvil para que la marcha y carrera sean eficientes? ¿Sabías que la planta del pie tuvo una evolución desde el Austrulopitecus para que nosotros pudiéramos caminar y correr? ¿Qué sucede cuando el pie no recibe información desde el exterior, desarrollando la percepción de distintas texturas, sensaciones, movimientos e impulsos? (pensando en que la planta del pie es uno de los tejidos del cuerpo que más receptores sensoriales tiene) ¿Cómo deberíamos trabajar la musculatura del pie para lograr un mejor rendimiento en nuestros movimientos?
El pie tiene 26 huesos, 33 articulaciones y más de 100 músculos, tendones y ligamentos, pasando a ser una de las estructuras más complejas del cuerpo, pero a pesar de ello, no se le da la importancia necesaria. Las funciones del pie durante la bipedestación es proveer la base de soporte y durante el medio apoyo debe ser adaptarse móvilmente y atenuar las cargas. Ahora, todo esto puede hacerlo siempre cuando la musculatura intrínseca del pie y fascia plantar, articulación del dedo gordo del pie, ligamentos y sistema nervioso estén entrenados correctamente.
Si comprendemos la importancia del pie en las cadenas de movimiento y llevamos la anatomía a la funcionalidad, nos daremos cuenta que al estar activado el core del pie, el arco plantar será el correcto, la movilidad de los dedos también y con ello, la fase de propulsión para la carrera y marcha, amortiguación y adaptación a las cargas.
Estudios demuestran que con el entrenamiento del core del pie, se reduce el colapso del arco plantar, aumentando el balance estático, la estabilidad dinámica, la fuerza del flexor dedo gordo del pie (¡clave para la carrera!) y se observan mejorías en la inestabilidad crónica de tobillo.
Ahora, ¿cómo se debe trabajar?
Se recomiendan ejercicios específicos para la musculatura intrínseca del pie, caminar, trotar y entrenar descalzo, separar los dedos del pie, realizar movimientos de disociación (como una ola) entre los dedos y trabajar la propiocepción.