¿Dormir con o sin calcetines?

¿Dormir con o sin calcetines?

Una pregunta que divide a la población y es que cada uno tiene sus costumbres y manías… simplemente cuestión de gustos. ¿Pero qué es mejor? ¿Abandonarnos a la confortabilidad de nuestro colchón con o sin calcetines?

Lo cierto es que llevar calcetines mientras se duerme tienes algunas cosas positivas, pero también negativas. Vamos a verlo.

Para aquellos que utilizan calcetines al dormir hemos de decir que esto va a favorecerles a la hora de conciliar el sueño. En la temporada más fría del año los calcetines aumentan la temperatura corporal actuando como termorreguladores  y por tanto ayudando a dormir.

Tener los pies calentitos gracias a los calcetines hace que los vasos sanguíneos se dilaten lo cual es interpretado por nuestro cerebro como que es hora de irse a dormir.

Si utilizamos calcetines es importante que sean de fibras naturales como hilo o algodón para evitar que suden durante la noche y de ese modo que se mantengan secos y sanos.

Los calcetines pueden prevenir infecciones ya que actúan como barrera protectora entre la piel del pie y las sábanas, evitando contagios e infecciones.

Pero ¡ojo! dormir con calcetines tiene unos puntos negativos bastante importantes también. Hay mucha gente que se aplica crema hidratante en los pies antes de dormir y se pone inmediatamente los calcetines. Esto no es lo correcto, habría que dejar que la crema penetre bien en la piel dejándolos unos minutos al aire y después ponerse los calcetines, cuando la crema ya se ha absorbido totalmente. Si los colocamos inmediatamente tras aplicar la crema, la arrastramos y se acumula en el tejido creando un caldo de cultivo para bacterias y hongos lo cual puede provocarnos infecciones.

También es importante asegurarse de que el elástico del calcetín no nos apriete. La goma de sujeción puede provocar una compresión tanto en los tobillos como en los pies que puede ocasionar una disminución de la circulación sanguínea en la zona. Por lo tanto para dormir evitaremos utilizar esos calcetines que “dejan marca”.

También hemos de mencionar que si sufrimos de problemas de circulación, por varices o inflamación de los tobillos, dormir con calcetines nos va a empeorar el retorno venoso.

Como podemos observar en este tema como en cualquier otro encontramos una parte positiva y otra negativa. Lo que está claro es que tanto los calcetines que usemos para dormir como para el día a día deben estar limpios para evitar la acumulación de bacterias y aparición de hongos.

No podríamos concluir si es mejor dormir con calcetines o sin ellos. Todo va a depender de nuestras costumbres y con lo que nos sentamos más cómodos, pero teniendo en cuenta siempre los puntos anteriores y casos puntuales que puedan darse. Dependiendo de nuestras características será más recomendable una cosa u otra y ahí la opinión de un podólogo puede ayudarnos.

¿Pies cansados? El estrés afecta a tus pies

Las prisas, el trabajo, los niños, la casa… nuestra sociedad se ha acostumbrado a llevar un ritmo de vida muy acelerado y a convivir con el estrés. Más aún si vivimos en ciudades sentiremos esta sensación de agobio y tensión lo cual puede llevarnos a adoptar hábitos nocivos como alimentarnos peor, no hacer el suficiente ejercicio y descuidar nuestra salud no sólo emocional sino también física.

El estrés puede provocarnos alteraciones musculares y posturales. Ante ello nuestro cuerpo reaccionará creando una serie de cambios que van a afectar a nuestros pies y al modo en que caminamos. Esto se traduce en un mayor esfuerzo musculoesquelético que nos va a ocasionar más cansancio, pesadez y dolor.

Pero tú puedes hacer pequeños gestos para ayudar a tus pies a relajarse tras una agotadora jornada llena de estrés.

  1. Seguramente lo habrás oído en más de una ocasión, pero un remedio muy eficaz es mantener los pies en alto. Es algo muy sencillo de realizar: mientras estás tumbado en el sofá o en la cama puedes poner una almohada debajo de tus pies para mantenerlos elevados. Esta postura va a favorecer nuestra circulación sanguínea y por tanto nos va a aliviar el cansancio y la pesadez de piernas y pies.

 

  1. Regálate un masaje en casa. Para aliviar la tensión de la planta de los pies algo muy sencillo que puedes hacer es masajearlos con una crema hidratante que además también será beneficiosa para la piel de tus pies. Pasando los pulgares desde el talón hasta los dedos ejerciendo algo de presión notarás una sensación muy placentera y sentirás un gran alivio.

 

  1. Cuando sientes los pies inflamados y acalorados tras una dura jornada puedes aliviarlos realizando un baño de agua templada con un poco de sal, durante unos 20 minutos. Un remedio de toda la vida muy efectivo.

 

  1. Por supuesto algo que también va a aliviarnos la tensión acumulada en los pies va a ser realizar una serie de estiramientos. En internet podemos encontrar muchos recursos con sencillos estiramientos para realizar en casa. Actividades como el yoga y el pilates también van a ayudarnos.

 

Además de seguir estos consejos no debemos olvidarnos nunca de utilizar un calzado cómodo, tanto en la calle como en casa. Además si las molestias son persistentes deberemos averiguar la causa para poder solucinarlo. En este caso es recomendable hacer una visita al podólogo para realizarnos un buen diagnóstico y en caso de ser necesario nos indicará el uso de unas plantillas personalizadas que van a aportarnos confort y evitarán futuros problemas en nuestros pies.

Motivos para acudir al podólogo

“No, a mi no me hace falta ir al podólogo”, ¿tú también eres de los que piensa esto?. Pues presta mucha atención porque no deberíamos tomarnos tan a la ligera los servicios que este profesional puede ofrecernos y que pueden mejorar nuestra salud en general.

El podólogo no sólo cura sino que también previene. Es por ello que no está de más hacer una primera visita al podólogo si no hemos asistido nunca ya que podrá evitarnos futuros problemas y dolencias en los pies, desde uñas encarnadas o juanetes hasta una fascitis plantar.

Si queremos hacer un buen seguimiento desde las etapas más tempranas de una persona, la primera visita al podólogo para un niño debería ser con cuatro o cinco años y repetirla una vez al año. Este seguimiento podrá prevenir posibles problemas típicos en la niñes como pies planos, mala posición de los dedos, papilomas, disminución de la estabilidad

Otra razón por la cual acudir al podólogo es que gracias a él también podrás conocer la salud de tu pisada. Los pies son una parte muy importante de nuestro cuerpo pues aguantan nuestro peso, nos aportan apoyo y equilibrio. Por eso una pisada incorrecta puede derivar en problemas de rodillas, tobillos, cadera o espalda. Fundamental por tanto someternos a un estudio biomecánico de la pisada, algo muy sencillo con lo que ganaremos en salud de cara al futuro.

Ligado a esto podemos afirmar que si practicas algún deporte es esencial que acudas al podólogo. Él nos asesorará como realizar la actividad adecuadamente y analizará nuestra pisada. La práctica de deporte puede ocasionar algunos problemas que debemos prevenir y hacer un seguimiento para evitar que se conviertan en lesiones o problemas más graves.

Tu podólogo también podrá asesorarte en el tipo de calzado a utilizar, algo que suele ser origen de problemas sobre todo en el caso de las mujeres con la utilización de tacones o zapatos demasiado estrechos.

 

Sobran los motivos por tanto para animarnos a visitar a este profesional que contribuirá a que mantengamos una buena salud.

 

 

Elección de las botas de esquí y cuidados para el pie

El frío ha llegado para quedarse y con él aparecen las primeras nevadas para alegría de los muchos aficionados al esquí. La temporada para practicar este deporte comienza y mucha gente corre a comprarse sus botas para esquiar.

Es importante elegirlas correctamente, por la salud de nuestros pies. Lo primero de todo, no debemos restar importancia a los calcetines. Habrá que escoger unos específicos que protejan bien, prestando atención a que no tengan demasiadas costurasque puedan producirnos ampollas con el uso.

Pero lo más importante es la elección de la bota de esquí. Si nos queda demasiado comprimisa nos va a producir muchas molestias como rozaduras, limitará la circulación sanguínea en el pie y aumentará la tensión muscular en la planta del pie y la parte posterior de la pierna. Del mismo modo si la bota no nos sujeta bien el pie nos va a dar problemas porque va a ser inestable y también nos producirá ampollas por el roce.

Para elegir nuestras botas de esquí debemos prestar atención a tres factores a la hora de comprarlas: nuestro nivel de esquí, la talla y la horma del pie. Según nuestro nivel a la hora de practicar este deporte nos corresponderá un grado de rigidez de las botas, que se mide según el índice Flex (cuanto mayor es este índice, más rígidas serán las botas y por lo tanto mayor control y precisión tiene el esquiador). Para principiantes el índice Flex suele ser de 60 o menos, si tenemos un nivel medio escogeremos las botas con índice Flex entre 70 y 90 y ya para esquiadores expertos sería el Flex de 100 o más.

El segundo factor es escoger bien la talla de la bota. No es cierto el rumor de que se debe coger un número más del que calzamos habitualmente ya que la talla de las botas de esquí va en función de la longitud en centímetros de nuestro pie.

En cuanto a la horma, debemos escogerla en función de la forma de nuestro pie. Hay que tener en cuenta que una horma muy estrecha puede producirnos una compresión en los dedos ocasionando adormecimiento de los mismos, dolor en la planta o los juanetes.

Respecto a los cuidados de nuestros pies es importante mantenerlos hidratados para evitar rozaduras y lesiones. Si aplicamos una crema hidratante específica para los pies por la noche realizando un masaje notaremos además un gran alivio al descongestionarlo después de todo el día.

¡Si seguís estos consejos ya sólo queda lanzarse a las pistas a disfrutar!

El sobrepeso afecta a tus pies

En ocasiones un dolor de pies puede estar relacionado con el sobrepeso de la persona. Los pies tienen que soportar un exceso de peso que afecta a la dinámica, además las articulaciones se pueden inflamar debido al esfuerzo que realizan los músculos y los huesos del pie.

La obesidad además puede agravar otras dolencias como por ejemplo la diabetes, pues empeora los problemas circulatorios en el pie. Las afecciones más comunes en el campo de la podología son las siguientes: molestias en los tobillos, inflamación de los ligamentos del pie, fascitis plantar, tendinitis o artritis.

Además, otro problema asociado a una persona obesa pueden ser las uñas encarnadas dado que la presión del calzado sobre un pie obeso es mucho mayor.

Está claro que si tenemos problemas de sobrepeso, lo mejor será acudir a un profesional nutricionista que nos controle y establezca una dieta sana. Pero hasta que logremos controlar nuestro peso para que no afecte negativamente a la salud de nuestro pies podemos seguir una serie de consejos.

Lo primero, acudir al podólogo sobre todo si debido a la obesidad la persona no llega bien a cortarse las uñas de los pies pues seguramente sufra uñas encarnadas y heridas.

Utilizar un calzado cómodo que se ajuste bien y que tenga una buena contención con un contrafuerte duro. Además se debería utilizar unas plantillas para disminuir el exceso de presión sobre la planta y evitar problemas en las rodillas y caderas.

Hidratar bien los pies para que no aparezcan grietas en los talones debido a la mala circulación.

Como veis un exceso de peso también puede jugar una mala pasada a nuestros pies entre otros problemas mayores así que os animamos a seguir un estilo de vida activo y una dieta sana y equilibrada.

Con la llegada del frío protege tus pies

Ya llega el frío, estamos en pleno noviembre y con la bajada de temperaturas aumentan los problemas en los pies a causa del frío. Es muy importante que durante el otoño y especialmente el invierno no nos olvidemos del cuidado de nuestros pies, sobre todo en el caso de las personas mayores debido a la mala circulación o en el caso de aquellos que debido a su trabajo o al deporte que practican están expuestos a bajas temperaturas, lo cual puede llevar a sufrir problemas en los pies.

Para cuidarlos hay una serie de consejos sencillos que podemos seguir. Lo primero y más obvio dada la época es llevar los pies bien abrigados. Para ello debemos hacernos con unos buenos calcetines y relacionado con esto también habrá que prestar atención a los materiales del calzado que utilizamos. Debemos evitar los manteriales sintéticos de baja calidad que hacen que el pie no transpire, favoreciendo la aparición de humedad en el interior del calzado. Además el calzado no debe ser muy apretado ya que esto dificultaría la circulación, favoreciendo la disminución de temperatura del pie.

Debemos evitar las fuentes directas de calor, como estufas. Además, para activar la circulación podemos realizarnos masajes en los pies o mover las piernas para estimularla. Al ducharnos, podemos realizar contrastes con agua caliente y fría.

Hidratar los pies también es un punto importante, algo que debemos hacer durante todo el año pero aún más durante la época de frío ya que la disminución de la temperatura provoca sequedad y así evitaremos la aparición de grietas.

Obviamente debemos evitar exponernos durante largo tiempo al frío, sobre todo las personas mayores y los niños, que son las personas más susceptibles de padecer sabañones.

También se debería evitar fumar y beber alcohol en grandes cantidades, dado que produce vasoconstricción y provoca mala circulación.

Como siempre, si notas alguna anomalía en tus pies o cualquier problema lo mejor sera que acudas a tu podólogo, para evitar que el problema vaya a más.

 

Los juanetes, consejos para aliviarlos

Los Hallux Valgus o coloquialmente conocidos como juanetes afectan a una gran parte de la población, sobre todo al sexo femenino. Esta claro que lo mejor es prevenir su aparición utilizando un calzado adecuado pero si has abusado de tacones y puntas estrechas probablemente ya sufras de juanetes.

Básicamente un juanete es una deformidad del dedo gordo del pie que produce una prominencia lateral del hueso a la altura de la articulación metatarsofalángica y la aparición de una bolsa de fluido seroso o bursa.

Esta es una dolencia del pie que provoca muchas visitas al podólogo, y en muchas ocasiones pueden tratarse sin cirugía pero en algunos casos es necesario recurrir a ella. Si de momento no vais a recurrir a la cirugía, hay una serie de consejos que se pueden seguir:

Lo primero, y más obvio es no utilizar zapatos con demasiado tacón o la punta muy estrecha. Otra cosa muy útil es utilizar férulas separadoras fabricadas en silicona. Con esto ayudaremos a que el dedo gordo no se meta hacia dentro y a la vez estaremos protegiendo la zona exterior del dedo. Lo mejor es consultar a tu podólogo sobre este tipo de férulas u otras soluciones similares que te pueda aconsejar dependiendo de la gravedad de tu caso.

También podemos hacer unos baños de agua tibia con sales, lo cual nos ayudará a desinflamar los pies y nos dará una sensación de calma y confort a la zona afectada.

Pero lo más importantes es seguir las indicaciones de un profesional así que es muy aconsejable acudir a un podólogo para que nos indique una serie de cuidados, ejercicios y automasajes que podemos realizar en casa para aliviar las molestias.

 

 

Consejos si practicas running

Cada vez hay más aficionados al running. Sin duda correr está de moda y prueba de ello son la gran cantidad de carreras o maratones que se celebran a lo largo de todo el país ya sea para recaudar fondos para una buena causa, simplemente como excusa para hacer deporte o a modo de competición.

El otoño es una época propicia para que mucha gente se anime a calzarse las zapatillas de deporte para salir a correr a diario animados por la corriente de llevar una visa sana pero, ¿sabes que debes cuidar bien tus pies? Correr es un deporte de impacto, y no sólo sufren tus articulaciones.

Lo primero en lo que deberías reflexionar es que la forma de pisar tiene una relación directa con las lesiones. Por tanto, lo primero que deberías hacer antes si quiera de comenzar a correr es acudir a un especialista para que compruebe tu pisada. El podólogo tras la exploración podrá comprobar y corregir si fuese necesario tu forma de pisar. Puede que pases muchas horas entrenando por lo que deberías hacerlo correctamente para prevenir cualquier lesión.

El segundo consejo, muy obvio es que debes utilizar unas zapatillas adecuadas. Lo ideal sería que una vez el podólogo ha valorado tu pisada acudas a una tienda especializada en running para que te aconsejen la zapatilla más adecuada a ti en función de los kilómetros que corres, tu peso, la superficie por la que entrenas…La elección de los calcetienes también es importante, unos con tejido técnico para running serían idóneos.

Sobra decir también que no deberías estrenar nunca unas zapatillas para hacer una carrera o cualquier prueba deportiva. Debes probarla antes durante algún entrenamiento corto para ver si te produce alguna molestia, roce o ampolla.

En ocasiones viene bien usar una crema antifricción. Si te la aplicas podrás evitar rozaduras y ampollas.

Mantén el calzado seco. Cuando termines de correr, seca las plantillas y deja que las zapatillas se aireen.

Hidratar tus pies por las noches también vendrá bien. Puedes aplicar una crema y ponerte unos calcetines para que el efecto sea mayor.

¡Ya sólo queda disfrutar de la carrera!

 

Cómo mantener a raya el olor de pies

Hay un problema que afecta a muchas personas y es el mal olor de pies. Este problema, aunque no es perjudicial para la salud causa momentos embarazosos a las personas que lo padecen.

Suele originarse por una sudoración excesiva en la zona de los pies. Aunque el sudor por sí solo no huele, es al entrar en contacto con las bacterias de la piel cuando empieza a desprender ese desagradable olor. Los zapatos y los calcetines son el medio perfecto para que el sudor y las bacterias puedan mezclarse, por lo tanto como habréis adivinado mantener una buena higiene resulta algo fundamental para combatir este problema.

La mayor parte de la humedad que producen en el día día nuestros pies se evapora antes de que llegue a entrar en contacto con las bacterias  pero si usamos calcetines y zapatos que no permiten esa evaporación la humedad queda retenida y las bacterias empiezan a crecer. Esas bacterias inicialmente se pegan a los calcetines y zapatos pero con el paso del tiempo acaban pegándose a la piel, haciendo que los pies huelan mal. Sin embargo esto puede no ser la única causa del mal olor de pies ya que pueden influir otros factores como: estrés, medicación, hiperhidrosis, alcohol/drogas, falta de higiene o cambios hormonales.

Por lo tanto, ¿qué deberíamos hacer para combatir este problema?

Pues bien, el mejor consejo de todos sería: higiene, higiene y más higiene. Sí, algo tan sencillo como lavarse al menos una vez al día los pies con agua y jabón resultará muy efectivo. Lo mejor sería hacerse un lavado al ducharse y otro antes de acostarse, con agua tibia y jabón neutro. Después de lavarlos no olvidéis secar muy bien los pies.

Otras cosas que nos ayudarán seran utilizar calcetines sintéticos y un calzado apropiado que deje respirar el pie. También es aconsejable no usar el mismo par de zapatos todos los días. Además se pueden utilizar talcos o desodorantes en aerosol para disminuir la sudoración de los pies.

Sería recomendable también acudir al podólogo pues este especialista podrá recomendar un producto específico adaptado a nuestro caso particular además de prescribir polvos para los pies, cremas o medicamentos dependiendo de la gravedad del caso.

 

Los hongos en las uñas de los pies

Los hongos en las uñas de los pies, patología denominada onicomicosis, es una afección más común de lo que nos pensamos y afecta principalmente a personas diabéticas, niños o personas mayores y también a aquellos que normalmente están más expuestos a vestuarios públicos, piscinas, zonas húmedas o gimnasios. Por tanto no es algo que aparezca sólo en verano como mucha gente piensa, sino que el riesgo de contraer onicomicosis está presente siempre e incluso puede aparecer en personas que que a diario utilizan un calzado cerrado, sobre todo en lugares húmedos y calurosos.

Al principio del desarrollo de los hongos es probable que no nos demos cuenta de que padecemos este problema pues los síntomas no son muy evidentes. En ocasiones podemos sentir algo de dolor al andar o al cortarnos las uñas de los pies. Aunque ese dolor no sea muy intenso no debemos dejarlo correr, ya que es importante diagnosticar la onicomicosis para aplicar un tratamiento lo antes posible. Y esto es algo que un podólogo debe hacer.

Otros factores que nos pueden indicar que padecemos hongos en las uñas pueden ser cambio de color en la superficie de la uña, rugosidad, engrosamiento o zonas quebradizas. La onicomicosis es costosa de eliminar por lo que cuanto antes la consigamos diagnosticar antes podremos librarnos de ella, aunque en cualquier caso el tratamiento llevará su tiempo.

Por lo tanto, ante cualquiera de estos síntomas que podamos detectar en nuestras uñas debemos acudir al podólogo y no comenzar a aplicar tratamientos de la farmacia por nuestra cuenta. Él nos realizará una correcta exploración y diagnóstico para aconsejarnos el mejor tratamiento posible adaptado a nuestro caso.