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El síndrome de las piernas inquietas

¿Sueles sentir habitualmente una necesidad irremediable de mover las piernas y los pies para calmar una sensación de malestar? Puedes estar padeciendo el síndrome de las piernas inquietas.

Acabamos de describirte los síntomas de este trastorno, así que si te sientes identificado con lo que te contamos, probablemente lo estés padeciendo. Suele suceder sobretodo en dos situaciones: por la noche antes de dormir, cuando nos tumbamos ya sea en la cama o en el sofá y nos relajamos tras una dura jornada, o bien después de haber estado mucho tiempo sentado. Ya sea tras un viaje largo en coche o en avión, o tras haber permanecido mucho tiempo sentados en la silla del trabajo.

Es entonces cuando notaremos los espasmos, esa sensación molesta que nos pide mover las piernas.

Aunque también puede haber otros motivos puntuales por los cuales padecer este síndrome como son: la falta de hierro, embarazo, factores genéticos o medicamentos que afectan al funcionamiento de la dopamina.

Sin embargo, no es algo grave. Tan solo con ponernos a caminar o tumbarnos en la cama podremos aliviarnos y dejar de sentir la desagradable sensación. Solo en los casos más graves llegará a provocar que durante la noche nos despertemos, alterando así nuestro sueño y provocando cansancio durante el día.

Las soluciones pasan por mover a menudo las piernas y pies, caminando unos minutos, lo que hará que nos sintamos mejor. O directamente echarnos a dormir. Escuchar música relajante o hacer respiraciones profundas.

Tenemos que tener en cuenta que el tabaco, el café y alcohol van a empeorar esta situación.

El especialista que ayudará a diagnosticar esta afección sera un neurólogo.

¿Qué tipos de pie existen?

¿Sabías que no existen dos pies iguales en todo el mundo? Pero, podemos catalogarlos en diferentes tipos de pie según diferentes criterios: según la forma de caminar, la manera de apoyar el pie, la longitud de los metatarsianos o la forma del arco plantar.

¿Cuál crees que tienes tú? ¿podría afectarte a la hora de desempeñar ciertas actividades como correr? ¡Vamos a verlo!

Según su anatomía, encontraremos distintos tipos de pie:

  • Pie cavo: el arco plantar tiene demasiada curvatura.
  • Pie valgo: el talón presenta una desviación lateral hacia la parte interna del pie.
  • Pies planos: el pie no presenta altura en la bóveda plantar.

Además, según la forma de pisar podemos presentar un tipo de pie u otro.

  • Pie neutro: En este caso se golpea el suelo con el talón, entonces mientras ruedas hacia los dedos de los pies, el arco ligeramente colapsa hacia adentro absorbiendo el impacto.
  • Pie pronador: Es el caso más habitual. Las personas que presentan este tipo de pie suelen tener los tobillos en contacto directo con el suelo y juntan sus rodillas formando especie de cruz. Al apoyar prácticamente todo el pie, la huella se marca de forma casi completa y sin dejar ningún hueco en su superficie.
  • Pie supinador: No es habitual encontrar este tipo de pie, es el menos habitual. Se trata de aquellos que no apoyan los pies en el suelo de forma completa, sino que tienden a apoyarlo sobre la zona externa del pie. En este caso, sus rodillas tienden a estar arqueadas con un hueco en medio y sus tobillos no se juntan al estar de pie, lo que provoca que esta articulación reciba la mayor parte del impacto.

Además, según el tipo y forma de los dedos de los pies podremos catalogarlos como pie cuadrado, griego o egipcio. Pero eso lo dejamos para otro día, para generaros curiosidad 😉

 

Consejos si vas a practicar running en verano

Hoy queremos compartir con vosotros una serie de recomendaciones que nos indican desde el Colexio Oficial de Podólogos de Galicia en caso de que vayamos a practicar running durante este verano.

Esta información ha sido publicada en su página oficial de facebook, y queremos compartirla con vosotros aquí:

Con la llegada del sol ?, cada vez son más las personas que deciden salir al exterior a practicar #running ?‍♀️?‍♂️, siempre recordando que en la situación actual marcada por el covid-19 es recomendable no situarse a menos de 4-5 metros por detrás (en la “estela”) de una persona que va caminando, ni a menos de 10 metros si va corriendo o paseando en bicicleta
? Pero para evitar lesiones, el COPOGA recomienda a los corredores:
?Cuida tu pisada. Es fundamental someterse a un estudio biomecánico para comprobar la idoneidad de la pisada
?La zapatilla adecuada. Es muy importante entrenar con la zapatilla adecuada en función del peso, kilómetros que se recorren y tipo de superficie
?No estrenar calzado antes de una prueba deportiva. Actualmente, también muchos aficionados al running se inscriben en pruebas deportivas como los maratones. Las zapatillas deben estrenarse con anterioridad para evitar roces o ampollas
?Calcetines técnicos. Estira bien los calcetines para evitar cualquier arruga que pueda hacer rozadura. Lo mejor es utilizar un calcetín con tejido técnico
?Crema antifricción. En algunos casos, la vaselina u otras cremas específicas antifricción pueden ser de gran ayuda para evitar rozaduras o ampollas al extenderla por todo el pie, en la planta, entre los dedos y en el empeine

Recomendaciones básicas para darles un buen verano a tus pies

El verano está a la vuelta de la esquina. ¡Fuera zapatos de lluvia, fuera calcetines! Damos la bienvenida con alegría a nuestras ansiadas sandalias, que nos ayudarán a combatir mejor las altas temperaturas de estos meses estivales. Pero cuidado, el uso prolongado de cierto tipo de calzado como chanclas o sandalias sin una buena sujección puede acabar afectando a nuestros pies o incluso a la espalda o las rodillas.

Además en verano es más que habitual caminar descalzos por piscinas y lugares al aire libre. Mucha precaución porque estos lugares son ideales para llevarnos de recuerdo a casa una infección por hongos o papiloma.

Por otra parte, las mujeres en general suelen cuidar más sus pies en la época veraniega lo cual se traduce en la mayoría de los casos con el esmaltado de las uñas de los pies. Hay que prestar atención a este gesto, pues si abusamos continuamente del esmalte, éste va a secar y debilitar las uñas. Con lo cual va a ser más fácil que atraigamos alguna enfermedad a ellas tal como la típica infección por hongos.

Como veis, estos podrían ser factores que se repiten cada verano y nos hemos ceñido a los más básicos: tipo de calzado, caminar descalzos por zonas comunes húmedas tales como piscinas o aplicar de modo abusivo pintauñas en las uñas de nuestros pies. Gestos típicos de la época estival.

Por lo tanto, ¿qué recomendamos? Soluciones muy fáciles y sencillas: utilizar un buen calzado y que sujete bien el pie, siempre llevar chanclas en las piscinas o duchas comunes, utilizar de forma moderada los esmaltes y…como siempre, antes cualquier problema visitar a tu podólogo.

¡Y a disfrutar del verano!

 

 

El confinamiento y su impacto en la actividad física

¿Qué tal estáis? Poco a poco vamos saliendo de la difícil situación generada por la crisis del Covid-19. Ya podemos salir a pasear, hacer deporte…y eso se traduce en felicidad para nuestros pies 🙂

Durante los meses de confinamiento, todos hemos padecido un notable descenso de nuestra actividad física, viéndose reducidos el número de pasos diarios realizados.

El no movernos tanto, sobre todo en el caso de las personas mayores, ha provocado uan reducción importante de la actividad de nuestros pies. Debemos prestar atención al cuidado de esta parte tan importante pero a veces olvidada de nuestro cuerpo. Además, con la llegada del verano seguro que queremos lucir unos pies bonitos y sanos en nuestro calzado veraniego.

Debemos lavar a diario nuestros pies y secarlos bien, es muy importante aunque parezca una nimiedad. Para evitar la aparición de grietas y durezas es recomendable aplicar una buena crema cada noche para mantener siempre su hidratación.

Si queremos descarga la zona de los pies y liberarlos del estrés, es muy recomendable caminar descalzo por casa. Al menos una vez al día. Anímate a hacerlo y de ese modo activarás la circulación y estimularás la musculatura de los pies.

Como ya podrás imaginarte, el deporte es un estupendo recurso para mantener la salud no solo de nuestros pies sino de todo el organismo. Así que ¡muévete! No hace falta que practiques un deporte de alto impacto, con dar un paseo diario de unos 40 minutos ya estarás haciendo mucho por tu salud. ¡Vamos, levántate del sofá y en marcha, el confinamiento ya pasó!

 

¿Cómo detectar si tengo una mala pisada?

Son muchas las personas, y de perfiles muy variados las que acuden al podólogo con algún tipo de dolor que no siempre tiene que ser en los pies. Puede sentirse en lugares como las caderas, la zona lumbar, las rodillas, el tobillo…

Pero a menudo, el origen de esas dolencias comienza en el pie. El dolor suele comenzar a sentirse en los pies, por lo que se puede afirmar que esas molestias son síntomas de una mala pisada. Lo fundamental va a ser detectar esa mala pisada a tiempo para evitar el dolor en nuestra vida diaria y/o realizando deporte.

Al realizar un mal gesto al caminar, los impactos van a terminar provocando que los tejidos se inflamen y duelan. Los síntomas que pueden darnos pistas de estar padeciendo una mala pisada son muy variados: sobrecarga en la zona de los tobillos, fascitis plantar, dolor de rodillas espalda o cadera, juanetes, metatarsalgia… incluso el desgaste del calzado en alguna zona concreta puede ser un indicador.

El primer paso para poner solución va a ser acudir al podólogo para que examine nuestro caso particular. Lo más probable es que te realize un estudio de la pisada para comprobar cómo pisas al caminar o de forma estática.

A partir del análisis del especialista en podología, se podrá determinar si tus dolores están siendo causados efectivamente por una mala pisada, en cuyo caso te recomendará empezar a usar unas plantillas personalizadas como tratamiento más inmediato y efectivo.

Y tú, ¿crees que estás pisando bien?

El pie zambo

El pie zambo, es una anomalía hereditaria que va a hacer que la posición de los pies al nacer esté torcida bien hacia dentro o hacia abajo. Suele ser más frecuente en niños, pudiendo presentarse solo en un pie o en ambos.

Hay diferentes grados de gravedad de pie zambo, dependiendo de la rigidez. Cuanto más rígido sea, más difícil va a ser tratarlo para que vuelva a su posición natural. Que un bebé nazca con uno o los dos pies zambos no quiere decir que padezca alguna otra enfermedad, es algo totalmente aislado.

Además, cuando el bebé nace, el hecho de tener el pie zambo no le va a ocasionar mayor trastorno, sera cuando empieze a andar cuando realmente aparezcan los problemas. Por ello, tratarlo a tiempo sera clave para que en la edad adulta camine correctamente, dentro de ciertas limitaciones que se pueden padecer.

Por lo tanto, lo mejor sera tratar el problema lo antes posible, nada más nacer. Antes se recurría casi siempre a la cirugía, pero actualmente esto se destina solamente a los casos más graves. Hoy en día, el tratamiento se realiza mediante el uso de férulas, escayolas y/o estiramientos realizados por un especialista. Todo esto ayudará a ir corrigiendo el problema.

En el caso de personas adultas, que ya han sufrido una cirugía del pie zambo, pero requieren más tratamientos, lo más recomendable sera realizar un estudio biomecánico de la pisada. Con los datos recogidos, el podólogo recomendará el tratamiento más adecuado, que habitualmente suele ser el uso de plantillas personalizadas.

Como solemos decir, ante un problema como este lo mejor es ponerse en manos de un especialista que podrá realizar una valoración y diagnóstico adecuados.

 

 

Los pies hinchados

Es habitual para muchas personas que al final del día noten sus pies cansados, hinchados… esto es más frecuente en épocas de calor como el verano pero también puede suceder en cualquier otro momento por el cansancio, la opresión de los zapatos a lo largo de la jornada…

Entre los motivos principales están: trabajar muchas horas seguidas sin moverse casi, los cambios hormonales como los que se sufren durante el embarazo, alteraciones vasculares asociadas a una insuficiencia venosa, insuficiencia renal, un exceso de peso, el efecto secundario de algunos medicamentos, el uso de calzado o calcetines inadecuados o el propio calor como hemos indicado previamente.

Lo más recomendable para prevenir la hinchazón de pies es, en primer lugar, practicar un rato de deporte o salir a caminar una vez al día especialmente cuando nuestra jornada diaria de trabajo nos mantiene atados a una silla o a pasar muchas horas de pie sin movernos. Deberemos además evitar el calzado y calcetines que compriman los pies. Al llegar a casa es muy recomendable tumbarnos poniendo en alto los pies durante unos 15 minutos para favorecer la circulación, además de realizarnos un masaje en la zona con una buena crema.

En los casos más importantes de hinchazón de pies, lógicamente deberá consultarse con un podólogo. Pero si es algo ocasional y/o leve, podemos seguir estos consejos y notaremos una mejoría enseguida.

 

Los pies hablan de tu salud

¿Sabías que si prestamos atención a nuestros pies podemos identificar ciertos problemas de salud? Sí, los pies son un buen chivato del estado de la salud de nuestro organismo… ¡Presta atención y aprende a identificar sus señales!

Para empezar, fíjate en el color de las uñas. Deberían ser de un tono rosado, pero en ocasiones adoptan tonalidades amarillentas, color negro o incluso puede ser que se vuelvan blanquecinas. Esto sera señal de: hongos en las uñas, problemas en la circulación sanguínea o incluso problemas hepáticos o enfermedades crónicas.

¿Tus pies desprenden mal olor? En ocasiones puede deberse a una higiene insuficiente, pero en aquellos casos en los que se realiza una buena limpieza de los mismos y aún así el mal olor persiste, detrás es probable que exista otro problema. Las causantes de ese mal olor son las bacterias, así que puede deberse a una mala alimentación, problemas de ansiedad o estrés, cambios en el metabolismo e incluso diabetes. Obviamente lo correcto es acudir al podólogo para que determine el problema.

Si notas tus pies hinchados puede deberse a algo pasajero por los efectos del calor, debido a algún traumatismo o a sobrepeso. Sin embargo, si el problema persiste, es probable que alguna patología cardiaca o renal esté provocando esa hinchazón.

Si tu problema son los pies fríos, bueno, en cierto modo puede ser algo normal ya que se trata de una de las extremidades más alejadas del corazón, con lo cual la sangre tiene más difícil el acceso a ellos. Pero debemos preocuparnos cuando la temperatura es extremadamente baja, pues puede ser indicador de problemas en la circulación sanguínea, algún déficit vitamínico o exceso de colesterol.

Si la piel de tus pies está extremadamente seca, y a pesar de hidratarlos a menudo la sequedaz persiste, puede que padezcas alguna enfermedad dermatológica como psoriasis o dermatitis.

Un poco en relación con lo anterior, si tenemos la piel de los pies extremadamente seca se pueden originar grietas dolorosas. Esto, además de las afecciones propias de la piel seca, puede indicar una falta de hierro (anemia) o diabetes.

Por lo tanto presta atención a tus pies, pues al igual que el resto del cuerpo, hablan de nuestro estado de salud. Ante cualquier sospecha de estar padeciendo algún problema, consulta con tu podólogo.

El dolor lumbar y su relación con los pies

Debemos recordar que los pies no funcionan como una parte aislada de nuestro cuerpo, y que pueden afectar a otras partes del mismo causando dolor por ejemplo en rodillas, tobillos, cadera o espalda.

Por lo tanto, ¿el dolor lumbar puede estar relacionado con los pies? Claramente, sí. Así, que para poder achacar ese dolor a los pies, lo primero será realizar un estudio completo de la pisada mediante un estudio biomecánico.

El dolor lumbar aparece en la zona baja de la espalda y afecta a un porcentaje muy elevado de la población. Casi el 80% padecerá este tipo de dolor alguna vez en su vida. Sin embargo su origen se suele adjudicar a otras causas, dejando de lado la hipótesis de que esté causado por los pies.

Es importante mencionar además que una persona con pies planos, pie valgo o pie cavo tiene el doble de probabilidades de sufrir de dolor lumbar.

Normalmente ante este dolor, se acude a un fisioterapeuta y en raras ocasiones a un podólogo. En muchos de los casos, con una visita al podólogo se podría encarrillar el tratamiento para solucionar este dolor.

Muchas veces basta con utilizar unas plantillas personalizadas para corregir el problema y evitar futuras patologías.

Por lo tanto, si sufres de frecuentes dolores lumbares te recomendamos que te plantees la posibilidad de acudir al podólogo.