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Dolor en la planta del pie

Es una de las patologías más comunes que se encuentran en las consultas de podología: el dolor en la planta del pie. Y si lo pensamos bien, es lógico: el uso de calzado inadecuado, el abuso de zapatos de tacón, trabajos que requieren que pasemos muchas horas de pie, una mala técnica al correr en deportistas… Son muchos los factores que pueden provocarnos esta dolencia, más conocida como fascitis plantar.

Lo primero, identidiquemos el origen del problema. Varias pueden ser las causas que lo provoquen. Practicar deporte con mucha intensidad, permanecer de pie en la misma posición durante muchas horas al día, usar un calzado inadecuado, usar un calzado deportivo que no amortigüe bien, mala pisada…

En cualquier caso lo fundamental sera acudir al podólogo, que sera quien pueda determinar el origen del problema e indicarnos el tratamiento más adecuado. De todos modos, hay 3 pasos básicos que podemos seguir para mejorar nuestro problema.

El primero sera realizar estiramientos. Esto consiste en estirar la zona que va desde la planta del pie hasta los gemelos. Así favoreceremos que que los músculos que forman nuestras estructuras se destensen y evitemos dolor en la planta del pie.

Lo segundo, fortalecer las estructuras de nuestros pies mediante ejercicios. Así favoreceremos la movilidad de los metatarsianos y hacemos que toda la estructura muscular y articular de los pies esté más fuerte frente a posibles lesiones.

Por último, debemos liberar la fascia plantar. Esta es un tejido blando que comprende desde la zona de los dedos del pie hasta el talón. Cuando esta banda de tejido sufre una sobrecarga o se tensa en exceso, aparece la fascitis plantar. Para liberarla, son recomendables masajes o ejercicios que tu podólogo te realice en clínica.

Adicionalmente unas plantillas también pueden resultar de gran ayuda pero eso deberá valorarlo el podólogo para poder recomendarte las más adecuadas para tu problema.

Los sabañones

Seguro que lo has oído por lo menos una vez en tu vida, alguien a quien le salen sabañones. ¿Pero qué son exactamente?

Los sabañones, también llamados eritema pernio, consisten en una inflamación bajo la piel que viene acompañada de manchas rojas, dolor, inflamación y ampollas. Se producen por el efecto repetido o prolongado del frío de la humedad y por cambios bruscos de temperatura.

Se producen por lo tanto por una exposición prolongada al frío, puesto una temperatura baja hace que empeore la circulación de la sangre que llega a los dedos de los pies. Si al sentir frío acercamos los pies a una fuente de calor, esto también va a provocar que surjan sabañones debido a una expansión precipitada de los vasos sanguíneos.

Para prevenir los sabañones se deberá utilizar un buen calzado al igual que unos buenos calcetines de fibras naturales. También debemos evitar los contrastes fuertes de temperatura en el pie, por ejemplo llegar a casa de la calle con frío y acercar los pies a una fuente de calor.

Son unas recomendaciones sencillas pero eficaces. En caso de sufrir sabañones, normalmente de una a tres semanas desaparecen. En caso contrario, o si sufres de un fuerte dolor o finalizando el invierno no remiten, lo mejor sera acudir a un especialista para que descarte cualquier otra afección más grave.

Afecciones frecuentes en los pies durante el embarazo

Durante los meses que dura el embarazo, el cuerpo de la mujer sufre diferentes transformaciones que afectan a todo el aparato locomotor. Los pies forman parte de él y se tienen que adaptar a los cambios.

Hay varias afecciones que suelen ser bastante comunes en todo embarazo. Una de ellas, el dolor plantar. Los cambios de peso y del centro de gravedad suelen ser la causa de dolor en la planta del pie. La embarazada se ve forzada a cambiar su forma de caminar, generando molestias. Es importante tratar este problema porque sino puede convertirse en algo crónico.

La hinchazón en los pies también es otro problema muy común en las embarazadas, ocasionada por el aumento de retención de líquidos. En épocas de calor además este problema aumentará. Sin embargo, tras el parto poco a poco los pies y tobillos irán deshinchándose y volviendo a la normalidad. Es recomendable aprovechar cuando la persona esté tumbada a poner los pies en alto, snecillamente colocando unos cojines debajo para mantener los pies elevados.

Muy ligado al punto anterior esta el problema de sufrir de uñas encarnadas. Es una consecuencia de la hinchazón, que provoca una inflamación del pie y puede provocar que la uña se encarne. En este caso sería necesario acudir al podólogo para que el problema no vaya a más y se agrave.

Los desequilibrios hormonales del embarazo también pueden provocar un exceso de sudoración en los pies. La mala circulación y la retención de líquidos están detrás de este problema también.

Por último, también es normal tener la piel más seca de lo habitual, lo que va a provocar que la embarazada tenga los talones agrietados. Se deberá hidratar muy bien la zona y en caso de padecer grietas severas, acudir al podólogo.

¿Es bueno pintarse las uñas de los pies?

Ahora que llega el buen tiempo y estamos a punto de sacar las sandalias del armario, empezamos a preocuparnos más por lucir unos pies bonitos. Y esto para muchas mujeres supone pintarse las uñas de los pies.

Es un gesto muy habitual, sobre todo en verano pero… ¿es bueno aplicar esmalte de uñas? Lo cierto es que como en la mayoría de las cosas, el abuso no es bueno.

No sucede nada si pintamos ocasionalmente las uñas de nuestros pies, pero hacerlo constantemente sin descanso alguno no es aconsejable.

¿Por qué? Pues resulta que cuando pintamos las uñas estamos cubriendo su superficie con un producto químico que puede dificultar la creación natural de queratina. Si repetimos este gesto con mucha frecuencia, evitamos que puedan “respirar”. Esto podría acarrearnos ciertos problemas.

Por ejemplo, nos podría ocasionar fragilidad en las uñas, lo cual conlleva que se vueltan quebradizas y se rompan. También se provocará la pérdida de flexibilidad de las mismas, ocasionando grietas y rotuas. Por supuesto es muy probable que también nos aparezcan manchas o decoloración, incluso malformaciones. Y lo peor de todo, pueden llegar a aparecernos hongos en las uñas dado que bajo la capa de esmalte se genera cierta humedad y el pintauñas no deja que las uñas transpiren bien.

Esto no significa que no puedas pintarte las uñas nunca. Como todo en la vida los excesos no son buenos, pero no te prives de darle color a tus uñas de vez en cuando. Y claro, siempre vigila que no se produzcan alteraciones de color o cualquier otro síntoma que pueda alarmarte.

Nuestro consejo es que compres esmaltes buenos, incluso si puede ser en tiendas ecológicas, fijándote en su composición y evitando sustancias tóxicas como el formaldehído o el tolueno. Y lo más importante, dejar descansar tus uñas entre una aplicación y otra.

¡A lucir los pies sea dicho!

La onicomicosis, un trastorno frecuente

La onicomicosis es una infección de las uñas producida por hongos, y es más frecuente de lo que podemos imaginar.

En principio no causa problema mayor, pero alterará la estética de nuestras uñas y si no se trata a tiempo se puede extender y hacer crónico.

Normalmente afecta a la uña del dedo gordo del pie y después puede acabar extendiéndose al resto. Las personas suelen darse cuenta de que padecen este problema cuando ven alteraciones de color o de forma en la uña. Como no produce dolor ni mayor molestia, la gente suele dejarlo estar y no consultan al especialista, pero cuando la infección ha invadido por completo la uña es cuando deciden buscar consejo médico y entonces ya es más difícil de solucionar.

Existen varios tratamientos en el ámbito de la podología para tratar este problema. Pueden ser tratamientos químicos, tratamientos vía tópica, tratamiento oral o en último caso, el tratamiento láser.

Lo mejor si detectamos que padecemos este problema será acudir a nuestro podólogo y no intentar solucionar el problema por nuestros propios medios o automedicándonos con cualquier producto que busquemos en la farmacia.