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La terapia con peces, ¿es buena?

Seguro que en tu destino vacacional has visto este peculiar tratamiento para los pies. Es muy habitual encontrarse en lugares de veraneo o en capitales grandes como Madrid la terapia con peces o ictioterapia.

Fish spa pedicure

Unos peces, llamados «Garra Rufa» prometen acabar con las células muertas de nuestros pies, limpiándolos y realizando una exfoliación. Y aunque es últimamente cuando se ha puesto de moda someterse a este divertido ritual, ya lo utilizaban a finales del siglo XIX en Turquía.

¿Pero realmente es bueno para nuestros pies? Mucho ojo con querer probar esta experiencia que a priori parece tan divertida, pues muchos expertos afirman que puede suponer un riesgo para la salud ya que a través de los mordisquitos de estos peces podemos contagiarnos de diferentes infecciones como micosis, verrugas plantares o incluso de enfermedades más serias como el VIH o la hepatitis B y C.

Utilizar los mismos peces para un paciente que para otro y además, no utilizar desinfectantes ni cloros y tampoco cambiar el agua entre un uso y otro hace que la higiene brille por su ausencia.

Además, mucho cuidado porque en algunos lugares han sustituído los peces «Garra Rufa» por los «Chin Chin», provenientes de China. Y esto supone un gran problema porque mientras los primeros no tienen dientes y realizan la limpieza por succión, los asiáticos sí que tienen dientes y de verdad morderán nuestros pies. No quiere decir que vayamos a sufrir daño pero al ser una limpieza hecha por incisión se provoca el riesgo de contagio de diferentes patologías o enfermedades como las ya comentadas anteriormente.

Hay que recalcar que no todos los centros son iguales y algunos sí llevan a cabo esta práctica de forma correcta pero no son la mayoría desgraciadamente. Ahora quizás te lo pienses dos veces cuando veas por la calle esos simpáticos pececillos en las peceras prometiendo una experiencia original.

La fascitis plantar

¿Qué es la fascitis plantar? La fascia plantar es una banda de tejido elástico que va desde el calcáneo (el talón) hasta la zona metatarsal (debajo de los dedos). Cuando esta estructura se inflama, se produce la fascitis plantar. Así de simple.

La fascia plantar tiene una función muy importante en nuestro pie pues interviene en mantener el arco del pie, absorber y devolver la energía que se produce cuando se produce un impacto del pie contra el suelo y protege los metatarsianos.

La fascitis plantar es una patología que encontramos muy frecuentemente en personas deportistas. Sin embargo también puede aparecer en personas mayores sin necesidad de que practiquen ningún deporte.

¿Qué nos puede avisar de que sufrimos de fascitis? El síntoma principal es un dolor agudo en la zona interna del talón. Este suele ser más intenso en los primeros pasos que damos al levantarnos (porque la fascia con el reposo de la noche se hace “más corta” y al dar los primeros pasos tracciona con más fuerza). Una vez que hemos caminado un poco, la fascia se estira y suele disminuir la molestia.

Para intentar solventar la fascitis el especialista podrá indicarnos una serie de ejercicios a realizar, para disminuir la tensión generada en esa zona.

El tratamiento más habitual suele ser combinar una medicación antiinflamatoria con distintos tratamientos de fisioterapia. También sería aconsejable hacer un estudio de la pisada para ver si la forma de caminar está influyendo en esa fascitis y de ese modo poder tomar medidas para corregirlo con unas plantillas.


¿Te pican los pies?

¿Sueles sentir picor en la zona de tus pies a menudo? Si no puedes parar de rascarte, no lo pases por alto como si de algo normal se tratase ya que puede ser aviso de un problema mayor.

La picazón es algo muy común pero para poder solucionarla tendremos que dar con el origen del problema. Son varias las causas que pueden estar provocando ese picor molesto en los pies. Una de las causas más frecuentes puede ser la conocida como «xerosis» que quiere decir simplemente piel seca. Es algo muy común, la acumulación de células muertas puede producir rigidez, rugosidad en la piel y picor.Los talones podrían descamarse llegando hasta a producirse grietas en ellos.

Otra de las causas de ese picor pueden ser los hongos en los pies. Estos producen picores y deben solucionarse antes de que se extiendan.

La diabetes también podría ocasionar picores en los pies debido a una falta de riego sanguíneo o por sequedad.

También una alteración nerviosa podría llegar a ocasionarnos picor en nuestros pies. O algo tan simple como utilizar una crema o gel que contenga alguna sustancia que ocasiones rojez o picor en nuestra piel incluso provocando una alergia. Hay que prestar especial atención a la composición de los productos que utilizamos en el cuerpo pues a veces algunos de sus componentes pueden ser perjudiciales para nuestra piel dependiendo también de la tolerancia que esta tenga.

Y ahora te preguntarás, ¿qué puedo hacer si padezco este problema? Pues bien, si tu problema es que tienes sequedad en los pies, que es algo muy común entre la población, deberás hidratarlos bien.

Muy importante: evita rascarte. Sí, es un acto reflejo pero debes prestar atención y evitarlo porque de lo contrario podrías producirte heridas e irritaciones en la piel.

También muy importante, utilizar un calzado adecuado que transpire bien. Esto es vital para evitar la aparición de hongos por exceso de humedad.

Ante todo y si el problema persiste lo mejor sera consultar a un especialista que sera quien mejor sepa diagnosticar nuestro problema e indicarnos qué podemos hacer para solucionarlos.


El running y tus pies

En los últimos meses se ha puesto muy de moda salir a correr, lo que se ha generalizado con el término anglosajón «running». Ahora en pleno verano es un momento estupendo para prácticar este deporte o por qué no, animarse a probarlo si nunca se ha tenido el hábito de salir a correr.

Eso sí, cuidado con las altas temperaturas. Durante el verano las mejores horas para salir a correr son temprano por la mañana o caída la tarde, momentos cuando las temperaturas aprietan menos. Así nos libraremos de posibles golpes de calor y otras incomodidades.

Salir a correr está bien porque estaremos practicando deporte pero hay que tener en cuenta que el running provoca un gran impacto en nuestros pies, es uno de los deportes más agresivos para esta zona del cuerpo. Es un ejercicio que implica soportar una gran carga de manera repetiday que va a afectar a varias partes de nuestro cuerpo tales como la cadera, rodillas y tobillos.

Por ello a los adeptos al running les sera de gran importancia realizarse un estudio biomecánico de la pisada para evitar lesiones que puedan derivar de esta práctica deportiva. El podólogo, tras analizar los resultados del estudio podrá proponerte el uso de unas plantillas personalizadas en caso de que fuera necesario.

Sobra decir que es muy importante el tipo de zapatillas que utilices. Escógelas con cuidado y déjate aconsejar para elegir la más adecuada para ti según tu peso, kilómetros y superficie por la que sueles correr. Ligado a esto va el uso de unos buenos calcetines por supuesto.

Además ten en cuenta que si vas a participar en una competición deportiva no debes estrenar las zapatillas ese día.

Esperamos que estos consejos te ayuden a disfrutar del deporte de moda, ¡feliz carrera!


El calzado de los niños: ¿velcro o cordones?

Suele ser más habitual el uso del velcro en los zapatos infantiles pero, ¿realmente es la opción más adecuada?

Por supuesto desde los 0 a 18 meses lo más adecuado es que el niño camine descalzo, para favorecer de este modo su desarrollo sensorial y cognitivo. A partir de esa edad, vamos a ver las ventajas de cada uno de los dos sistemas de cierre.

Respecto al velcro, su éxito se debe principalmente a que es muy práctico y cómodo para los niños. De este modo ellos mismos pueden abrocharse y desabrocharse sus zapatos mediante este sencillo sistema de «quita-pon». Sin embargo también entraña sus problemas pues el niño puede desprenderse de sus zapatos fácilmente sin que nos demos cuenta.

Unos zapatos de velcro pueden ser el mejor método de enseñanza para los pequeños de uno a tres años, para enseñarles cómo ponerse y quitarse los zapatos y de esa forma que vayan sintiéndose independientes.

También se evitarán caídas y tropezones al no haber posibilidad de que por un descuido vaya colgando algún cordón.

Los cordones también tienen sus ventajas, pero están más indicados para cuando los niños ya tienen a partir de 4 o 5 años. Debemos ir enseñándoles a usarlos poco a poco.

Los cordones van a sujetar mucho mejor el pie y resistirán más a movimientos bruscos, algo importante dado que a estas edades comienzan a jugar y correr más.

Además, la variedad de calzado entre la que escoger a partir de los 5 años va a ser en su gran mayoría de cordones, por lo que forzosamente se van a ver obligados a aprender a usarlos.

A la hora de practicar deporte los cordones ofrecen una mejor sujección y protección al pie.

Como se puede apreciar, ambos sistemas de cierre son adecuados para los niños pero su uso debería ser por norma general del siguiente modo: para las edades más tempranas el velcro y ya a partir de los 4 o 5 años ir adaptándolos poco a poco al uso de los cordones.