Skip to main content

Los calcetines de navidad

Aprovechamos la época en la que nos encontramos para, en primer lugar desearos una feliz navidad y una estupensa entrada en el nuevo año y por otra parte para tratar un tema un poco más trivial y hablar hoy de una de las tradiciones que podemos relacionar con nuestros pies: la de colocar calcetines navideños en la chimenea.

La tradición consiste en colocar los calcetines de navidad en la chimenea o en su ausencia, hay personas que los colocan en otras partes de la casa. El objetivo de esta tradición está clara, que Papá Noel coloque los regalos en el interior de estos calcetines. ¿Pero de dónde surje esta tradición?

La leyenda cuenta que un hombre perdió a su mujer y cayó en una gran tristeza…tras este desafortunado hecho, repartió toda su fortuna. Él y sus hijas vivían felizmente en la pobreza hasta que ellas se enamoraron y llegó el momento de casarse, pero ninguna de las hijas y sus tres pretendientes tenían dinero suficiente como para celebrar dichos compromisos.

El suceso llegó a oídos de Papá Noel, y la noche de Navidad dejó caer por la chimenea de la casa de las muchachas tres monedas de oro que cayeron hasta entrar en unos calcetines que se estaban secando frente al fuego.

Al día siguiente cuando las chicas se levantaron, encontraron la grata sorpresa y descubrieron que con esa moneda de oro podrían llevar a cabo sus respectivos compromisos.

Desde entonces en la cultura anglosajona se adoptó la costumbre de colocar calcetines en la chimenea, una tradición que se ha extendido también a otros países de diferente cultura como las regiones latinas.

Hoy en día ya no son tantos los hogares en los que quedan chimeneas pero la bonita tradición se ha reinventado dando lugar a que se sigan colocando igualmente en otras zonas de la casa.

¡Os deseamos unas felices fiestas!

Decálogo para cuidar nuestros pies en la época invernal según el colegio Oficial de Podología de la Comunidad de Madrid

Hoy os vamos a dejar aquí abajo el contenido de una noticia publicada en www.noticanarias.com en la que se expone el decálogo publicado por el Colegio Oficial de Podología de la Comunidad de Madrid para cuidar nuestros pies en esta época invernal y que consideramos puede resultaros de interés.

La noticia podéis encontrarla en su lugar original de publicación aquí: https://www.noticanarias.com/decalogo-para-cuidar-nuestros-pies-en-la-epoca-invernal-segun-colegio-oficial-de-podologia-de-la-comunidad-de-madrid/:

El Colegio Oficial de Podología de la Comunidad de Madrid quiere recordarnos como las bajas temperaturas pueden afectar de forma directa a la salud de los pies. Para evitar problemas que podrían llegar a afectar a otras partes del cuerpo, COPOMA ha elaborado un decálogo.

Una de las partes de nuestro cuerpo que más se ve afectada por la bajada extrema de temperaturas son nuestros pies. Por ello, con la llegada del frío intenso y las lluvias aumenta la importancia de su cuidado y la necesidad de saber escoger correctamente el calzado que debemos utilizar.

Para evitar problemas que podrían llegar a afectar a otras partes del cuerpo, El Colegio Oficial de Podología de la Comunidad de Madrid (COPOMA) ha elaborado un decálogo de recomendaciones y consejos para cuidar nuestros pies en la época de frio intenso.

Cinco consejos que debemos tener en cuenta:

  • Elegir un buen calzado es lo más importante. Lo ideal es que sea de materiales naturales, transpirable, impermeable y con la suela antideslizante. Además, debe ser de la talla correcta, es decir, que no nos apriete para que no dificulte la circulación, pero que tampoco nos quede grande para que no fuerce la postura o la dinámica muscular.
  • Acompañar a un buen calzado con calcetines de fibras naturales, para propiciar la correcta transpiración y evitar que los pies suden excesivamente, lo que podría causarnos ciertas anomalías en la piel.
  • Mantener los cuidados de higiene diaria y prestar especial atención a la limpieza entre los dedos y su secado también es esencial. Además, debemos hidratarlos después.
  • Incrementar el consumo de ciertos alimentos y consumir agua. Una correcta hidratación ayudará a nuestra circulación y evitará que nuestros pies se enfríen. El consumo de ciertos productos que contengan vitamina C, E y K, y especias como la cayena, la cúrcuma, la canela o la pimienta, también serán beneficiosos para nosotros en esta época del año.
  • Visitar la consulta del profesional de la Podología. Es recomendable acudir una vez cada seis meses para que nos realicen una revisión general, completa y personalizada y siempre que exista algún tipo de problemática previa. Por ello, el inicio del invierno, tras el verano y el otoño, es un buen momento para acudir. Los profesionales nos harán un diagnóstico completo del estado de nuestros pies y nos aconsejarán de forma personalizada.

Cinco cosas que debemos evitar:

  • Usar calzado que no sea impermeable o cuya suela no sea antideslizante. Estas dos cuestiones son las que más debemos tener en cuenta a la hora de seleccionar nuestro calzado diario en estas fechas del año, pues conllevan ciertos peligros, como pillarnos un buen resfriado o sufrir un resbalón. Además, en el caso de usar zapatos con algo de tacón, debemos evitar que superen los 7 centímetros, e intentar que sean lo más anchos posible.
  • Cambiar bruscamente de temperatura: Aunque lleguemos de la calle con los pies muy fríos, no debemos acercarlos a fuertes fuentes de calor directo antes de que se hayan regulado por sí mismos, pues intensifica la posibilidad de aparición de sabañones y otras anomalías de la piel.
  • Estar mucho tiempo con los pies inmovilizados: pues puede afectar de diversas formas negativas a nuestro cuerpo. En el caso de que sea inevitable, debemos intentar activar nuestra circulación masajeándolos periódicamente.
  • Consumir ciertos productos: Existen productos cuyo consumo nos afecta negativamente. Por ejemplo, el alcohol contribuye a la deshidratación de nuestra epidermis, el tabaco dificulta nuestra circulación, la cafeína comprime nuestros vasos sanguíneos, o el marisco aumenta nuestro ácido úrico. Todas estas cuestiones afectan directa y negativamente a nuestros pies, por lo que, lo principal es evitar los excesos.
  • Ejercer malas prácticas deportivas: Hay que prestar especial atención a la forma de realizar los ejercicios que practicamos, pues el frío puede aumentar la facilidad de lesionarse o sufrir ciertas alteraciones biomecánicas.

No proteger correctamente nuestros pues puede provocar daños a nivel de salud general en todas las personas,  pero más especialmente en ciertos colectivos de la población, como personas mayores, niños, practicantes de deporte o diabéticos. Por ello, dichos colectivos deberán extremar las precauciones por ser los más vulnerables a posibles problemas en la salud de los pies y otras partes del cuerpo.

La osteoporosis y tu forma de pisar

Quizás no lo sabías, pero la osteoporosis está bastante relacionada con los pies, pues es en esta parte de nuestro cuerpo donde se pueden detectar los primeros síntomas.

La osteoporosis es una enfermedad progresiva ósea que provoca que los huesos se debiliten y por lo tanto son más susceptibles a a fracturarse fácilmente. Sin embargo durante las primeras fases de esta enfermedad, no existen síntomas, motivo por el que también se la conoce como «la enfermedad silenciosa».

¿Pero cómo está relacionada la osteoporosis con los pies? Pues muchas de las lesiones pueden tener su origen en una mala pisada. Cuando caminamos mal a causa de un dolor, la biomecánica de los pies necesita corrección. Es recomendable realizar un estudio de la pisada e incluso la utilización de plantillas personalizadas, un tratamiento que puede garantizar la corrección biomecánica alterada por la osteoporosis.

Las plantillas te van a ayudar a amortiguar la pisada al caminar, corregir la postura y mejorar el equilibrio.

Los pies en el embarazo

El embarazo es una de las etapas que más cambios va a producir en la mujer y los pies no se libran de ello.

Una de las teorías más extendidas es que los pies crecen durante el embarazo pero ¿es esto cierto?. Pues bien, sí que lo es pero tampoco hay que alarmarse y además no sucede en el 100% de los casos y tampoco de la misma manera en todas las mujeres.

Durante los últimos meses del embarazo es muy habitual que la mujer sufra retención de líquidos provocando por lo tanto la inflamación de sus pies, que se vuelven más voluminosos y anchos. Sin embargo normalmente al poco de tiempo de dar a luz los pies van reduciendo su inflamación y recuperando su estado normal. Aunque esto no sucede siempre y hay mujeres que notan que sus pies no recuperan jamás su estado original e incluso tienen un pie de un tamaño superior al que tenían previamente al embarazo. Y es que no se trata de una simple hinchazón del pie sino de un crecimiento real, que puede llegar a suponer entre 2 y 10 mm traduciéndose a media talla más o incluso una completa.

Además de este cambio importante, la mujer embarazada también es habitual que sufra de dolores musculares en piernas, caderas o espalda e incluso juanetes u otras dolencias. Por lo tanto una visita al podólogo puede ser interesante para intentar paliar estas molestias e incluso seguir el consejo del especialista para utilizar unas plantillas terapéuticas.

 

Los callos en los pies

Los callos o hiperqueratosis plantares son simplemente una respuesta de nuestro cuerpo ante un exceso de fricción en determinadas zonas del pie. La acumulación de células muertas lleva a engrosar la zona más externa de la piel, causando esas callosidades. Es un problema muy común que mucha gente padece, ¿cuáles son sus síntomas?:

Podemos notar sequedad, piel gruesa o endurecida en una zona del pie, textura áspera al tacto e incluso podríamos notar dolor o molestia al tocarlos o caminar.

Hay distintos tipos de callos y niveles de gravedad de la afección. Es por ello que si sentimos una gran molestia debemos acudir al podólogo para que realice el examen correspondiente y así poder evaluar la gravedad del asunto para aplicarle el tratamiento correspondiente.

Las causas más comunes para la aparición de los callos en los pies son básicamente: una forma de pisar incorrecta, falta de hidratación, el uso de zapatos de punta estrecha o sufrir otras patologías tales como juanetes, dedos en garra…

Entre los tratamientos que nos puede recomendar nuestro podólogo estarán: la quiropodia cuyo objetivo es eliminar esas células muertas en la piel del pie, utilizar una piedra pómez como complemento y método de prevención en casa, un estudio biomecánico y el uso de plantillas para corregir la pisada y así evitar que se ejerca mayor presión en determinados puntos o algún otra indicación de higiene complementaria.

Como casi siempre cuando se padece una dolencia, ponte en manos expertas y déjate aconsejar por tu podólogo.